11.29.2013

CASANDRA

Caminaba entre las tumbas del cementerio de aquella aldea, aquella mujer fría y calculadora, sin saber lo que buscaba con exactitud; parecía estar perdida, sola caminaba entre las lapidas creyendo que tal vez podría encontrar una señal, alguna pista de lo que en realidad pasaba en aquella aldea. Sin saber porque miro hacia la casa en la colina de la entrada, le extraño que a plena luz del día estuvieran cerradas las cortinas de aquella casa, le pareció incluso que estaba abandonada y que ahí no vivía ningún hombre.
De pronto se vio interrumpida por el sonido de unos pasos aproximándose a ella, se volvió hacia donde venía el sonido y descubrió que un hombre se acercaba a ella, era el guarda tumbas que al instante le pregunto.
– ¿Se le ofrece algo señorita? –.
–No, en realidad estoy buscando pistas. –le dijo Casandra.
– ¿Pistas? –pregunto el hombre nuevamente.
–Sí, pistas… Cualquier cosa que pueda averiguar sobre la mujer que atormenta a esta aldea. –contesto Casandra un tanto dudosa.
–Pues si está usted buscando pistas señorita, está en el lugar equivocado. –dijo el guarda tumbas al fin.
– ¿Qué quiere decir con eso? ­–pregunto Casandra algo obstinada.
–Pues que está usted perdiendo su tiempo, porque ella jamás ha venido por aquí; la he visto pasar cerca de la entrada, pero nunca ha entrado, no creo que aquí haya algo de lo que se pueda alimentar.
– ¿Cómo está usted tan seguro de ello? si está usted aquí. –volvió a preguntar Casandra.
–Pues yo no le tengo miedo, siempre he trabajado en esto y cuando yo vivía al sur de Transilvania nunca me atacaron los vampiros y siempre los vi pasar cerca, ellos me veían pero tampoco se me acercaban, así que creo que es igual, estoy tan acostumbrado a la noche que hasta creo que a ella le parezco poco interesante –.
–Y usted ¿Qué cree acerca de que el hombre que vive en aquella casa es el responsable? –pregunto nuevamente aquella chica al hombre con quien charlaba.
–Pues yo no le puedo contestar eso señorita porque hasta donde yo sé, ese hombre es muy devoto a la iglesia, o ¿usted cree que un hombre así pueda dedicarse a algo tan malévolo como la brujería? –dijo el guarda tumbas a su acompañante.
–Le sorprendería todo lo que hemos visto –.

Y sin más nada que decir Casandra se alejó de allí, miro hacia la casa que parecía estar abandonada y nuevamente comenzó a pensar en la posibilidad de que esa casa fuera el lugar donde tenían que buscarla, era como si estuviera segura de que ahí la encontrarían, pero decidió esperar a reunirse con sus compañeros antes de hacer algo que le pudiera costar caro.

11.07.2013

EZEQUIEL

Entro es una taberna el guerrero apuesto, rompe-corazones que a donde quiera que iba las chicas suspiraban por él, entro a refrescarse un poco ya que el calor de aquel día parecía insoportable; pidió una cerveza al tabernero y se sentó en la barra, mientras bebía el tabernero se acercó y le pregunto qué era lo que buscaba en sí.
–Estamos tratando de averiguar qué es lo que provoca la ira de aquella mujer. –Se vio interrumpido por tabernero.
­– ¡Eso es una bestia del mismo infierno, no una mujer!
–Creo que ­está exagerando un poco, aun no estamos seguros de lo que sea pero tiene la silueta de una mujer y es mejor llamarla así ¿no le parece? –replico Ezequiel.
–Pues a mí no me parece que sea una mujer, sostengo que es una bestia y nadie me sacara de esa idea ­–gruño el tabernero.
–En fin, me gustaría saber un poco acerca de esta criatura, todo lo que pudiera decirme conforme a lo que ha visto o escuchado –.
–Pues la verdad es que llevo viviendo en este lugar desde hace cuarenta años y nunca había pasado nada así hasta hace unos diez años sino mal recuerdo, simplemente una noche llego esa bestia, aún recuerdo que la primera vez que supimos que esa cosa existía fue cuando asesino a la hija del panadero cuando salía de la librería, desde entonces la gente vive con miedo –.
–Y ¿nadie ha intentado detenerla antes? –pregunto Ezequiel.
–A esa bestia del demonio la han intentado desparecer grandes sacerdotes incluso el Papa en persona a quien por cierto dejo gravemente herido, el resto ha muerto de una forma atroz, han venido alquimistas y grandes caza recompensas de todo el mundo, pero ninguno ha tenido éxito, ¿Por qué crees que ustedes podrán detenerla? ­–.
–No solo lo creo, estoy completamente seguro de ello, somos los mejores en lo que hacemos y hallaremos la forma de lograrlo –. Dijo seguro de lo que decía ­– ¿Alguna idea de dónde proviene?
–Al contrario de lo que dice el sacerdote, yo estoy casi seguro de que esa cosa es manipulada por el hombre que vive en la casa de la colina a la entrada de la aldea. –Dijo el tabernero refunfuñando.
– ¿Podrías decirme algo más de ese hombre?, tal vez nos  sirva –.
–Recuero que llego una noche, vino directo a la taberna y parecía muy distraído, como ido, era como un muerto decrepito; se veía algo ansioso y traía consigo un montón de valijas viejas y una canasta con un bulto, muchos decían que era un bebé, otros que era algún animal, recuerdo que dijo que venía buscando un lugar donde alojarse o bien donde poder vivir, la casa que ocupo estaba abandonada en ese entonces y nadie se opuso a que él la ocupara, y aunque trabajaba de forma honrada y honesta, nadie supo cómo fue que consiguió arreglar esa casa tan rápido si era un simple campesino, muchos dicen que su esposa murió hace mucho tiempo en la masacre que ordeno el actual Rey Darío cuando quería exterminar a la princesa Rebeca y que después él en su desesperación mato a su propio bebé y que el bulto que traía era el cadáver de aquella inocente criatura–.
– ¿Qué hay de esa teoría que dicen que esa mujer es la princesa que murió? –.
–Pues a mí no me consta, esa criatura no es una mujer y menos el fantasma de una princesa, aunque no esté seguro de si la princesa murió o no –.

Y agradeciendo al tabernero Ezequiel decidió salir de allí a seguir buscando pistas que pudiesen servirle, sin quitar la posibilidad de que realmente aquel hombre de la casa en la colina fuera el responsable de esas extrañas apariciones.