10.04.2013

LLEGADA A LA ALDEA

Los pálidos rayos de sol que lograban filtrarse a través de les viejas cortinas de la gran mansión donde Leonora vivía la despertaron de una terrible pesadilla, creía haber soñado la muerte de algún aldeano la noche, no sabía que eso no era un sueño, sino que lo había presenciado y que había sido ella quien lo había matado. De repente algo muy peculiar llamo su atención, afuera cerca de su casa se escuchaba a una gran muchedumbre que parecía estar preocupada y al mismo tiempo extasiada, se levantó y asomo ligeramente su mirada a través de las cortinas rotas, alcanzo a ver que cuatro personas estaban llegando en un carruaje a la pequeña ciudad, eran tres hombre y una mujer; trato de no tomarle importancia y regreso al interior de su lúgubre y desolada casa, habían pasado solo unos días desde que su padre había muerto y aunque había continuado con su vida, extrañamente no le hacía falta nada la canasta de fruta de la que diario comía, seguía llena de fruta fresca, aún tenía alimentos que no parecían podrirse, ¿Cómo era eso posible?, segura estaba que esa era la razón que la obligaría a salir de su casa, pero aunque todos los días hacia sus actividades normales, no parecía que nada en aquella casa cambiara.

Mientras tanto en el pueblo los cuatro nuevos residentes se presentaban a los aldeanos, primero estaba Conrado, el sacerdote; era un hombre joven bien parecido, de cabello castaño y ojos azules, con carácter bondadoso y un alma completamente caritativa. Después estaba Ezequiel, uno de los guerreros (como así le gustaba que lo llamasen) era un hombre alto moreno y bastante fornido con una mirada y un carácter que parecía intimidar hasta la más escurridiza de las criaturas, de aspecto cruel pero al mismo tiempo misterioso. También se encontraba en el grupo Leonard, un joven apuesto, de ojos castaños y piel morena, parecía que era un hombre con carácter misterioso y malicioso, pero al mismo tiempo parecía estar lleno de bondad y amistad. Por ultimo estaba Casandra, una mujer de belleza incomparable con un carácter fuerte y valiente, en sus ojos parecía ocultar mucho más que dolor y rencor por su horrible pasado, pero parecía una buena chica.

Todos ellos fueron bien recibidos en la aldea y esperaron encontrarse pronto con la bestia que supuestamente atormentaba a aquella multitud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gritos de la sombras