Ya lejos del reino, el hombre se preguntaba
cómo hacer para que su esposa volviera a la vida, saco uno de los libros de
hechizos que había adquirido tras haber sellado el pacto con el hijo del fuego
eterno, buscaba y rebuscaba algún conjuro que pudiera servir, pero no logro
encontrar ninguno; así que decidió hacer el ritual con el que se convoca al
señor de los infiernos y cuando este apareció le pidió que le regresara a su
esposa, más este se negó a hacerlo pues él ya le había entregado su alma a
cambio de salvarla una vez meses atrás, ahora no podía ayudarlo puesto que este
campesino hechicero ya no tenía con que pagarle.
El hombre que aterrado estaba porque sabía
que aun fuera del reino su hija seguía en peligro busco nuevamente en su libro
de hechizos alguno que pudiera ayudar o por lo menos evitar que su hija fuera a
morir en el siguiente par de años, tras largos momentos de búsqueda por fin
encontró uno que tal vez le podría ayudar, y recitando unas extrañas palabras
conjuro a la misma luna, él le pidió que protegiera a su hija, que le diera
salud, belleza y juventud, que la dejase vivir el tiempo suficiente para no
quedarse solo.
La luna que vio su desesperación acepto
diciendo: “tú, insignificante mortal que has despertado mi eterno sueño me
pides que haga un acto de osadía, más tu tristeza me conmueve y estoy dispuesta
a ayudaros así pues tu hija tendrá una buena vida, gozara de gracia y belleza,
pero a cambio quiero la cara oscura de su alma; hablo de su sombra, al cumplir
la mayoría de edad ella tendrá que vivir con un oscuro secreto, durante el día
tendrá la fortuna de ser quien es, pero al caer la noche justo cuando se
sumerja en su arsenal de sueños su sombra tomara el control de su cuerpo
dejándola inconsciente y haciendo de su cuerpo y vida lo que esta desee pues es
la única forma de que yo tenga la dicha de conocer el mundo que os rodea…” a
pesar de que dicha condición pareciera inofensiva, la luna había ocultado el
verdadero secreto del conjuro, esta consistía en que las noches cuando la luna
toma ese color rojizo y que parece ruborizada la sombra estaría sedienta de
vida eterna y saldría a tomarla de cualquier cuerpo asesinando a todo aquel que
se le pusiera enfrente, tomando la parte oscura del alma de cada persona que se
aloja en sus sombras.
Sin mucho que el hombre pudiera hacer o decir
no le quedó más remedio que aceptar el cruel destino de su hija.
Pasaron los años y justo cuando Leonora
cumplió la mayoría de edad, todas las noches su sombra manejaba su cuerpo como
a esta le placía, hasta que su padre descubrió el verdadero secreto del
maleficio, sin embargo él se mantuvo ileso de la maldición hasta el día que
intento detenerla y esta lo asesinó…
Sin poderle confesar a su hija lo que pasaba
con su cuerpo y su alma estaba ahí en el suelo esperando dar su último aliento,
mientras la sombra de su hija absorbía lo poco que quedaba de su energía.
La terrible vida de Leonora había comenzado
hacía varios años sin saber que sería el comienzo de un destino sin fin…
pobre leonora.. la verdad es vivir con esa condición no es vida, no eres libre! un poco egoísta por parte del padre..pero es comprensible que no quiera perderla a ella también..
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