La noche caía sobre aquella pequeña población
que aún no estaba segura de si debían confiar en aquellos que habían llegado
horas atrás.
Se encontraban en una taberna escuchando lo
que la gente pudiera decir sobre aquella criatura de las sombras, primero se
oyó hablar al dueño de la taberna, quien dijo que era una bestia horrible, que
parecía más la hija del diablo que el fantasma de la princesa, otros decían que
ni siquiera era mujer, que era una abominación de la noche, pero las palabras
más fieles fueron las del campanero quien muchas veces la había encontrado en
la madrugada cuando repicaba para la misa de la mañana y este dijo:
–Estoy seguro de que esa cosa no es un
fantasma, ni siquiera es una bestia, tampoco parece ser hija de los infiernos,
estoy casi seguro de que esa mujer es humana– todos lo miraron con extrañeza y
continuo diciendo –Ella es una criatura misteriosa, de belleza singular, la he
visto asesinar pero no asesina a aquellos que son valientes, sino a aquellos
que le temen, no estoy seguro de el tiempo que transcurre antes de su siguiente asesinato, pero lo que sí puedo
decir es que aquel que no le teme está a salvo–.
–Pareces saber mucho de ella ¿no es así?–
pregunto Casandra casi asegurando que el hombre tenía algo que ver con que
dicha mujer atormentara a todos los aldeanos.
–Este no es momento para hacer especulaciones
Casandra– replico Leonard, creo que si este hombre nos está diciendo esto es
porque él puede ayudarnos. – ¿sabes hacia donde se dirige al salir el sol? –,
el hombre negó con la cabeza.
–Se dirige a la casa abandonada, a la casa de
ese maldito brujo– se escuchó la voz de
un leñador.
–Nadie nos asegura eso dijo el sacerdote
del pueblo, –Maurice es un buen hombre, siempre viene a la iglesia, aunque hace
un par de días que no lo he visto, me pregunto si habrá sido víctima de la
doncella de las sombras.
–Tal vez deberíamos averiguar que paso con él– dijo Ezequiel.
De pronto un grito ahogado se escuchó en la
calle, todos salieron a ver qué era lo que pasaba, una mujer señalo al otro
lado de la calle y lo que vieron fue impactante, una mujer vestida de negro
estaba asesinando a un hombre, todos pudieron ver que aquella misteriosa
criatura tenía la gracia y la belleza de una bailarina, pero que era como un
arma mortal, ninguno de los cuatro caza fantasmas habían visto algo parecido,
la mujer parecía ser únicamente una sombra, no parecía tener cuerpo, pero
tampoco proyectaba una sombra, se veía únicamente una mancha negra con forma de
mujer, era aterrador.
Leonard no perdió tiempo y salió corriendo en
dirección a ella, Casandra y Conrado trataron de detenerlo pero no lograron,
estaban seguros que antes de atacar a la misteriosa chica, debían estudiarla
pero así era León (como lo llamaban ellos) muy impulsivo.
Cuando Leonard llegó a donde se encontraba la
mujer pudo ver como lo mataba de la forma más atroz que nadie pudiera haber
visto, se quedó paralizado un momento y justo cuando la mujer terminó de
cometer su crimen miro hacia el cielo, después miro a Leonard, dio media vuelta
y siguió su camino; Leonard que no comprendía porque no lo ataco si se sentía
paralizado por el miedo, miro hacia el cielo pensando en lo que buscaba aquella
mujer pero solo vio a la pálida luna, después de eso se reincorporo y salió
corriendo de tras de ella para saber hacia dónde se dirigía, noto que la mujer
lo había detectado pero ésta no hizo por ocultarse o querer escapar más rápido,
simplemente siguió su camino en dirección hacia el horizonte, pasaron horas y
cuando al fin los primeros rayos del sol tocaron los tejados de la aldea Leonard
pudo ver como aquella mujer se ocultaba entre las sombras de las casas y ahí se
desvanecía viajando a través de las sombras a una velocidad que no pudo verla
en qué dirección se marchó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gritos de la sombras