Se encontraban los cuatro amigos en la cabaña
que se hospedaban platicando sobre lo sucedido horas atrás… la noche aun
parecía eterna, pero en realidad estaban a solo unas cuantas horas de que el
sol saliera, aun se encontraban los tres caballeros asombrados por la forma en
que su compañera había enfrentado a la criatura de las sombras.
– ¡No podemos entender cómo es que lo
lograste Casandra! –Menciono Ezequiel aun sorprendido.
– ¿Cómo es que se te ha ocurrido atacarla con
“Luxum”? –Pregunto Conrado con voz de
asombro y de misterio.
–Bueno… creo que lo hice un tanto insegura
aunque creo que después de todo era lógico que se sintiera amenazada por una
cantidad de luz ultravioleta como esa, después de todo no es más que una
sombra.
– ¡Yo no estaría tan seguro! –Exclamo Leonard
–esos gritos aterradores parecían venir de lo más profundo de su ser, era como
si alguien estuviese pidiendo auxilio.
–Ahora que lo mencionas –dijo Casandra en
tono de duda –cuando el “Luxum” estallo al contacto con ella… me pareció que
alguien estaba dentro de ella, esa como si esa cosa estuviera manipulando a
alguien.
–De ser así, esa información es nueva –se oyó
decir a Conrado –lo que hay en los libros que trajiste Leonard, no han ayudado
de mucho, todos parecen decir lo mismo, la mujer que vaga todas las noches por
las calles, el orden poco predecible en sus fechas de asesinato, la fases de la
luna que no parecen tener sentido con la información… en fin no hay mucho que
rescatar de esos libros…
–Estamos olvidando algo muy importante
–menciono Ezequiel –esa sombra, mujer o como se llame, salió huyendo pero
asesino a todo lo que se encontró frente a ella, no solo estaba lastimada,
estaba enfurecida y no estoy seguro de que eso sea del todo bueno.
–Pues por lo menos conocemos una de sus
debilidades –volvió a decir Casandra –estoy casi segura de que si fabricamos un
arma letal a base de “Luxum” lograremos exterminarla.
– ¿Qué hay de la chica atrapada dentro de
ella?, no estarás pensando en exterminarla también. ¿O si Casandra? –pregunto
Conrado.
– ¡Nada nos garantiza que realmente haya una
mujer ahí dentro!, ¿O sí? –exclamo Casandra con tono de furia.
–Como tampoco nada nos garantiza que no la
haya Casandra, debemos ser cuidadosos –volvió a decir Conrado.
–Personalmente, creo que debemos de
investigar más –dijo Leonard –no podemos adelantarnos a nada, yo creo en la
posibilidad de que si tenga un cuerpo humano, pero hay que investigarlo
primero.
– ¡Y mientras, que sigan muriendo más
inocentes! –Exclamo Ezequiel con furia –podemos acabar con el problema de raíz
o seguir perdiendo nuestro tiempo esperando a que las cosas se aclaren solas.
–Yo creo que debemos ser cautelosos, pero
debemos darnos prisa antes de que logre atacar nuevamente… –se escuchó decir a
Casandra –mientras tanto creo que debemos tratar de proteger a esta gente, de
lo contrario… si morirán más inocentes.
–Pues considero que sigamos investigando
aunque el proteger a la gente será más que difícil, en especial ahora que puede
estar enfurecida. –Dijo Conrado –mientras tanto, hay que tratar de conciliar un
poco el sueño, al amanecer iremos con el padre a visitar a su amigo y hay que
estar lo más activos posible, por si hay que ayudar en algo.
Y sin más que decir los cuatro compañeros se
fueron a descansar un poco, sin saber que lo que iban a descubrir por la mañana
los iba a sorprender por completo.