8.06.2013

CARTA DE UN PADRE A SU HIJA

Se encontraba en la habitación en la que vio a su padre por última vez, recordando todos esos momentos en los que él le cantaba todas esas canciones que la transportaban a un mundo diferente, de repente noto que había una pluma con la tinta derramada sobre el escritorio de su padre y, justo a un lado una hoja que parecía su padre estaba escribiendo, la tomo y le sorprendió ver que era para ella, era una carta que su padre estaba escribiendo al parecer el día que fue atacado, esto era lo que aquella hoja de papel decía:

Querida hija mía…
No sé por dónde empezar a decirte todo esto, pero ya no puedo seguir callando todo lo que me aflige y que con cada día que despierto y te veo, vuelvo a los recuerdos de años atrás en los que las cosas eran mucho más tranquilas y bellas, sé que nunca hemos hablado de cosas que nos conciernen a ambos. La primera de todas es tu madre, y lo cierto es que aunque tú nunca tuviste la dicha de conocerla ella te amaba con toda su alma, debo admitir que de no ser por ella probablemente no estarías con vida, ella te salvo a ti y a mí de una terrible desgracia cuando escapábamos de una masacre en la capital del reino; pensaras que fui un cobarde al salir huyendo contigo en brazos, pero créeme cuando te digo que lo hice para salvarte, que aunque intente detenerla y salvarla a ella también, no lo logré, te aseguro hija mía que de todas la cosas maravillosas que me pasaron una de las más grandes fue haber conocido a tu madre, la ame como a nadie en la vida y claro, cuando naciste la cosas fueron aún más hermosas porque tú eras la bella luz de nuestros días.
Debo decir que no todo lo que hice en el pasado fue bueno, ya que siendo una familia de campesinos no contábamos con los recursos necesarios para tener todo aquello que deseábamos y anhelábamos para notros como pareja y como familia tras tu llegada, así que decidí hacer algo que me convirtió en un monstruo, vendí mi alma para poder darte todo lo que te he dado, no me arrepiento del todo pues gracias a ello pude criarte y darte una buena educación, gracias a ello eres una mujer hermosa, talentosa e inteligente; sin embargo debo decirte que a pesar de todo ello, he tenido que ocultarte del mundo pues representas un peligro para ti misma y para…


Ahí terminaba la carta con una enorme mancha por la tinta que había caído sobre la hoja, no sabía lo que su padre estaba por decir, pero si le intrigaba el hecho de mencionará que ella era un peligro, ¿un peligro para quién?; la carta decía que para ella misma pero ¿Cómo era eso posible?, en realidad no había más información en aquella carta y no estaba segura de lo que las palabras de su padre representaban; por otro lado no concebía la idea de que ese hombre al que ella admiraba y creía lleno de bondad hubiese vendido su alma al diablo, era evidente que lo hizo por el bien de su madre y el de ella pero aun así le costaba creer que ese hombre hubiera llegado a tal grado de desesperación y sin más que pensar decidió salir de aquella habitación vacía.